¡Saludos visitante! si deseas comentar o hacer una pregunta sobre este post por favor dirígete a la nueva dirección en http://variabletecnica.com.ve. La página que estás leyendo dejará de estar disponible el 15/11/2015. Gracias, y disculpa las molestias 🙂

Este fin de semana estaba leyendo un libro de redes neuronales, y me encontré con que debía repasar las operaciones básicas con vectores y matrices antes de continuar. Después de todo ya pasaron unos 10 años desde que vi álgebra en la universidad. Eso me recordó algo que había pensado hace algunos años sobre lo que nos enseñan en la universidad, ¿Realmente usaremos todo lo que aprendemos allí?

Mientras estaba en secundaria le decía a algunos compañeros que era importante aprender matemática, física y el resto de las materias porque íbamos a necesitar todo eso en la universidad, o al menos eso creía, ya que planeaba estudiar una carrera de ingeniería. Y así fue.

Entre mis nuevos compañeros de la universidad, unos 60 en mi sección, varios de ellos tenían deficiencias en algunas operaciones importantes en cálculo: fracciones, potencias, radicales… despejar una variable o simplificar una expresión debería ser una tarea simple en este punto, pero para muchos no lo era. A más de uno le tocó repasar matemática de secundaria, y algunos compañeros de esos primeros meses simplemente abandonaron la carrera.

Superadas las primeras asignaturas, me dí cuenta de que mi argumento de secundaria ya no aplica a partir de aquí: ¿realmente voy a usar esto en mi trabajo? ¿integrales y derivadas? ¿espacios vectoriales? ¿cálculo multivariable? había varias asignaturas avanzadas enfocadas a aplicaciones industriales que probablemente iba a usar dependiendo de la empresa donde trabajara, como termodinámica, resistencia de materiales, mecánica, ingeniería química, estadística industrial, planificación de la producción, control de calidad… ¿Pero, que hay de las primeras asignaturas? cálculo, álgebra  matemáticas especiales… tal vez llegue a usar algo de eso en algún postgrado, pero en el mundo real ¿para qué sirven todos esos teoremas y demostraciones?

Para aprender a resolver problemas

Para aprender a resolver problemas. En primaria casi todos los ejercicios de matemáticas eran operaciones directas: «resuelva las siguientes multiplicaciones». En el último año de primaria y casi toda secundaria aprendí a resolver problemas más complejos, para lo cual también tuve que aprender a organizar mejor los ejercicios: «Dos obreros experimentados pueden pintar una pared de 50 metros en 8h. ¿Cuántos obreros se necesitan para pintar una pared de 75 metros en 4h?» para resolver estos ejercicios dividíamos el espacio debajo del encabezado en tres partes, la primera para colocar los datos y definir las variables, la segunda para colocar las operaciones, y la tercera para escribir el resultado a manera de conclusión.

Este mismo esquema de trabajo me funcionó muy bien durante toda secundaria, «En la siguiente reacción química, calcule la cantidad de ácido hipo-clorhídrico de solución al 30%, en ml, necesaria para producir 10gr de cloruro de potasio. Calcule también la cantidad de óxido de potasio necesaria, en gr, necesaria para completar la reacción». Pero en la universidad debía enfrentarme a problemas muy variados y a menudo tan complejos que no sabía por donde empezar.

Eso fue lo que aprendí los primeros semestres; aprendí a analizar los problemas, a explorar diferentes alternativas, a pensar de forma no lineal pero manteniendo el orden en el proceso y enfocando mis esfuerzos en alcanzar el objetivo.

De no ser por esas primeras materias, las llamadas «filtros», mi forma de pensar y solucionar problemas no habría madurado, mi mente no habría estado preparada para enfrentar las materias que finalmente me prepararían para la vida laboral.

En el mundo real tal vez debas hacer derivadas o productos vectoriales a diario, o tal vez nunca llegues a usarlos fuera de la universidad, pero estos quedarán plasmados en tu cerebro, almacenados en su estructura neuronal, como parte del aprendizaje que te convirtió en el profesional que eres ahora.